Muchas veces sentimos que empieza un dolor de cabeza constante y repentino. Nos deja sin aliento y nos empotra contra el suelo, sin siquiera poder levantar la mirada.
Al llegar ese momento, nuestro cuerpo dice basta. Y nos damos cuenta que algo no va bien.
Empiezas a necesitar tiempo para pensar, para recuperar las buenas sensaciones del día a día. Intentando recuperarte a ti mismo cada día un poco más. Mientras otros siguen pisoteando tu cuello con su bota militar.
Pero bueno, todo son etapas y situaciones que uno vive. Tras cada caída uno, se hace un poco más fuerte.
Además ya ha llegado un nuevo año! Ya estoy escribiendo la continuación de Sweetenemy. Y sigo inmerso en bastantes proyectos como de costumbre.
Este 2015, la vamos a liar parda!